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dc.contributor.authorJiménez Saa, H.
dc.contributor.authorAlipizar Vagilo, E.
dc.date.accessioned2020-10-15T16:01:57Z
dc.date.available2020-10-15T16:01:57Z
dc.date.issued1997-10
dc.identifier.issne-ISSN: 1021-0164ISSN
dc.identifier.urihttps://repositorio.catie.ac.cr/handle/11554/9673
dc.description5 páginas, 2 ilustraciones,12 referencias.es_ES
dc.description.abstractLa actividad forestal en Costa Rica es reciente; su mayor impulso lo ha tenido en los últimos 28 años, a partir de la promulgación de la Ley Forestal (Costa Rica, 1969). Como ha ocurrido en otros países del trópico, desde un principio se introdujeron conceptos y actitudes forestales no apropiadas a nuestro ambiente, aunque sin ninguna mala intención. Seguimos determinadas tendencias, que parecían no tener implicaciones negativas. Entre tales tendencias están los usos inapropiados de ciertos conceptos y de los términos correspondientes. Algunos autores han iniciado el tratamiento de estos temas. Las posiciones van desde quienes sugieren que la definición de bosque sea "simple y amplia" proponiendo que el bosque sea "la superficie terrestre cubierta de árboles" (Richter y Calvo 1995), hasta quienes sugieren eliminar la palabra deforestación porque ésta no tiene "definición universalmente aceptada". En el presente artículo comentaremos los profundos efectos negativos derivados de utilizar inapropiadamente los términos reforestación, deforestación, bosque y otros términos relacionados. Proponemos utilizar el término reforestar para designar la acción de establecer un bosque, y consideramos que en el actual nivel de conocimiento este es un proceso que puede llevar la naturaleza por medio de la llamada sucesión natural a la cual se le puede dirigir, apoyar, "ayudar". Insistimos en que las palabras reforestar y reforestación no deben aplicarse al establecimiento de comunidades vegetales por medio de plantaciones de árboles; es decir, la reforestación no se logra por medio de la siembra de árboles. A pesar de las opiniones contrarias el término bosque debe aplicarse solamente a las comunidades naturales en las que los árboles son los elementos dominantes. Los comentarios vertidos en este artículo se basan, principalmente, en la realidad costarricense, pero consideramos que parte de ellos tienen aplicación en varios otros países tropicales.es_ES
dc.language.isoeses_ES
dc.publisherCATIE, Turrialba (Costa Rica)es_ES
dc.relation.ispartofRevista Forestal Centroamericana Volumen 6, número 21 (octubre-diciembre), páginas 6-10
dc.rightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses_ES
dc.subjectREFORESTACIONes_ES
dc.subjectTERMINOLOGIAes_ES
dc.subjectPLANTACION FORESTALes_ES
dc.subjectDESARROLLO FORESTALes_ES
dc.subjectDESARROLLO REGIONALes_ES
dc.subjectPOLITICA FORESTALes_ES
dc.subjectECOLOGIA FORESTALes_ES
dc.subjectCOSTA RICAes_ES
dc.subjectBOSQUE TROPICALes_ES
dc.subjectREHANILITACION FORESTALes_ES
dc.titlePlantar árboles no es reforestar. La confusión de términos genera serios erroreses_ES
dc.typeArtículoes_ES


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